… y cuando suena el piano
nada (nadie) llega hasta este rincón
-demasiado dentro, demasiado lejos-
Y
si mis manos, sordas, escudriñan entre las pelusas
 los dedos-maraña crujen
volviendo este escondite una amenaza,
pero no
no seré descubierta ni podré salir,
porque la estación de mis años ha pasado
y ya nadie recuerda el nombre con que nombrarla.
 
El hilo de la bombilla
¿dónde está el hilo de esa bombilla?,
esta estación se ha quedado fríamente oscura
y las polillas ya no pueden
                                                            chocar contra el cristal.
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lunes, 16 de mayo de 2011
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1 comentario:
Aparte de las polillas, habitan en nosotros otras luces que brillan más en la oscuridad.
Saluditos :)
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