sábado, 12 de agosto de 2006

Tal vez amanecí...

VERDUGO


Una voz cercana
me repite: descansa,
y yo
descansar no podría
sino como en sueño
latente,
como flecha que reposa
en su carcaj.

Cada día
mis horas
se tornan más agudas,
más ásperas,
desde que no respiro
y el sol me arde.

Conozco las palabras
a cuyo sonido
las puertas vuelan como plumas
y el cielo es un cojín a los pies.

Conozco el castigo.
Conozco todos los catigos.

Pero hoy amanecí verdugo.



~Susana Thénon~