domingo, 22 de abril de 2007

Morder

Saqué a pasear a la perra,
otra vez,

-¡quiltra, quiltra, quiltra!-

a resbalarse
en la madrugada húmeda
y se me afiló entre las piedras
un
colmillo


-no hay promesa
para hincar/le-


Teníamos frío
frío descalzo
o de zapatos rotos

y ladré
y tembló


y no dejamos de gemir
porque NO
(no) era suficiente.

4 comentarios:

igne fatui dijo...

madrugada (con minúscula)

El Bosco dijo...

la desolación nunca será suficiente. Lleno, pleno, tristísimo.
Muchos besos, dulce.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

corramos con nuestra loba entonces.

Anónimo dijo...

se ha enamorado sin quererlo..........